Desde que Facebook tomó relevancia hace años, sus inversionistas le han criticado por ser un modelo de captura de información bonito cuyo retorno sobre inversión no era totalmente cuantificable. O sea, los inversionistas descubrieron un modelo de servicio que atrae masas de personas quienes gratuitamente comparten sus datos, con un gran “potencial”, nada más.
Con el ingreso de Facebook al mercado accionario en 2012, las exigencias para exponer la solvencia del negocio se intensificaron, y se demostró que si bien el negocio había crecido sin precedentes, sus márgenes financieros no eran comparables a las cantidades invertidas en él. Como reseña, Facebook reportó un ingreso de US$5,000 millones pero sólo logró ganancias por US$32 millones en todo el 2012.
Facebook ha ido cambiando sus métodos de colocación de anuncios y los cobros por los mismos. Ahora vemos muchos más anuncios en las páginas, algo que el mismo Mark se había jactado de tener en un bajo perfil, sin ser intrusivo para el usuario y como diferenciador de sitios similares. Esto ya no es así.
Además se han intensificado los métodos para la extracción de datos personales de los usuarios registrados. No sólo se les invita a dar detalles muy particulares de índole demográfica, sino que ahora se les solicita mantener constante retroalimentación sobre gustos. Este es el poder de reventa de Facebook: la captura de datos personales sin hacer mayor esfuerzo que el solicitarlos. Y ahí van los usuarios, a dar “Like” a cuanto cuadro les gusta.
Para los que no nos gusta que nos invadan con “anuncios personalizados”, y mucho menos compartir detalles de uso personal, privado y, en muchos casos, de seguridad, Facebook sigue empujándonos.
Hoy noté un nuevo cambio en mi “perfil”. Por medio de ventanitas de ayuda se me indicaban “las mejoras realizadas” y de una vez se me guiaba a llenar más campos, a indicar mis gustos. Me sentí medianamente feliz al ver que las sugerencias del sistema de Facebook no atinan en nada mis gustos. Debe ser así por la escaza información que he compartido en este campo.
Pero también este cambio de parte de Facebook me ha reforzado el revisar mi perfil otra vez con tal de remover más datos que dejen mi rastro. Y esa es mi sugerencia para quienes tengan alguna incomodidad con el manejo de sus datos personales: ahora que Facebook acrecienta su necesidad de datos personales, entonces es tiempo de revisar lo que les has dado y borrar los que no consideres necesario. Claro que creo que aun borrando algunos gustos, estos no serán removidos de sus bases de datos.
Como decimos los que en algún momento nos dedicamos a esto de las computadoras personales (o sea, “geeks”): “Si usted no quiere que desconocidos tengan sus datos, entonces no los comparta”. Esto es válido para Facebook, como para cualquier otro “capturador” en línea. Aun cuando prometen que la protección de las identidades es su gran objetivo, nadie puede asegurarlo. Y aun si así lo hiciesen, también existe otra premisa entre geeks, que dice que todo sistema es quebrantable (nadie se ha escapado en el mundo a un “hacker”).