Mi esposa siempre se ha preocupado por el buen comer de mi hija quien, como buena niña de 4 años, tiende a descuidar o no prestar la atención que nosotros quisiéramos. Un día de estos mi esposa le estaba explicando a mi hija lo importante que es para ella como niña, comer en abundancia, pues en estas edades su cuerpo en constante desarrollo lo necesita.
Por un momento mi hija se quedó callada y parecía que reflexionaba sobre el discurso que le habían dado. Lentamente se volvió a mi esposa, y mientras le acariciaba su abdomen le dijo:
– No te preocupes, mamita. Cuando yo sea grande como tú voy a comer mucho y también voy a tener una pancita grande como la tuya.
:)